Erase una vez un niño que sufrió una gran aventura que era el internado, su madre lo envió con nueve años al internado St. Peter´s que estaba cerca de su casa, este fue víctima de una morriña durante dos semanas, pero a el se le ocurrió una gran idea que fue fingir que tenía apendicitis, y ya que su hermanastra la había tenido y el se sabía todos los síntomas fue al cuarto de la celadora y le explicó todo lo que le pasaba y esta llamó al médico del internado lo examino y llamó a su madre para que lo sacaran mientras estaba enfermo y luego lo examino el doctor Dunbar que enseguida vio que estaba fingiendo y le dijo que si no lo hacía más le dejaba estar en su casa tres días, el chico se lo prometió.
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